Sandbox Urbano de València: la ciudad como entorno real para la innovación
La innovación tecnológica suele asociarse a laboratorios, entornos simulados o espacios cerrados. Sin embargo, el verdadero reto empieza cuando hay que trasladar esas soluciones al mundo real. Con el objetivo de facilitar esa transición, el Sandbox Urbano de València se presenta como un entorno reglado y abierto para experimentar tecnología avanzada directamente en la ciudad. ¿Dónde se puede testar un robot de limpieza autónomo, un sistema de predicción urbana o una nueva infraestructura digital de manera segura, legal y con acompañamiento técnico? València ha sido la primera ciudad en España en ofrecer una respuesta estructurada a esta pregunta.
Desde finales de 2024, esta iniciativa pública impulsada por el Ayuntamiento de València —en colaboración con València Innovation Capital, la Estrategia Urbana València 2030 y el ecosistema emprendedor local, liderado por Startup València— convierte el espacio urbano en un auténtico laboratorio real para la innovació


¿En qué consiste?
El Sandbox Urbano es mucho más que una convocatoria de pilotos. Es una infraestructura pública estable para la experimentación urbana, que permite:
-
Probar prototipos, tecnologías o servicios en espacios municipales como calles, mercados, playas, edificios, eventos o zonas verdes.
-
Hacerlo de forma legal y ágil, gracias a una ordenanza municipal específica, con ventanilla única, tramitación simplificada y bonificación de tasas.
-
Acceder a más de 100 recursos públicos listados oficialmente, incluyendo infraestructura física, datos urbanos y canales de relación ciudadana.
-
Obtener resultados medibles en plazos cortos (menos de tres meses), con acompañamiento técnico y evaluación de impacto.
Todo ello con un enfoque basado en la colaboración público-privada-ciudadana, también conocido como modelo de cuádruple hélice: instituciones públicas, empresas, universidades/centros de investigación y ciudadanía participan activamente en la selección, ejecución y seguimiento de los proyectos.
Este enfoque responde a una tendencia creciente entre ciudades que buscan formas más seguras y estructuradas de probar nuevas tecnologías. La idea de “de-risking experimentation”, apuntada por Bloomberg Cities en un reciente análisis, plantea que la innovación urbana no debe implicar poner en riesgo los servicios o recursos públicos. En ese sentido, el Sandbox Urbano de València ofrece un marco reglado y operativo para ensayar soluciones reales en entornos reales, con criterios definidos y supervisión institucional.
¿Qué lo diferencia de otros modelos?
El concepto de sandbox no es nuevo. Ya se utiliza en sectores regulados como la banca o la energía, y algunas ciudades europeas han probado entornos urbanos de test para movilidad o sostenibilidad. Sin embargo, València se desmarca en varios aspectos clave:
Característica |
Valencia |
Otros modelos |
---|---|---|
Ámbito de aplicación |
Urbano y multisectorial |
Sectorial (movilidad, energía…) |
Cobertura legal |
Ordenanza municipal específica |
Marcos ad hoc o limitados |
Recursos disponibles |
Más de 100 activos públicos detallados |
Infraestructura puntual o genérica |
Gobernanza |
Cuádruple hélice (público-privado-académico-ciudadanía) |
Normalmente bilateral o tripartita |
Frecuencia |
Convocatoria abierta y estable |
Proyectos puntuales o por llamada |
La diferencia clave está en el grado de institucionalización: València no ha lanzado un programa temporal, sino una estructura permanente para experimentar soluciones urbanas en condiciones reales.
¿Quién puede participar?
El Sandbox está abierto a una amplia tipología de actores:
-
Startups y pymes con productos listos para validar.
-
Empresas consolidadas que quieran probar nuevas líneas de servicio o producto.
-
Universidades y centros tecnológicos con prototipos funcionales.
-
Organizaciones ciudadanas con propuestas de innovación social.
-
Proyectos colaborativos entre varias entidades.
No hay un único sector destinatario: desde movilidad hasta sostenibilidad, desde robótica hasta análisis predictivo, desde IA aplicada hasta gestión del espacio público. Lo importante es que la propuesta tenga base tecnológica, aporte valor público y esté preparada para ejecutarse en condiciones reales.
Conclusión
El Sandbox Urbano de València representa un cambio de enfoque: pasar de las pruebas de concepto en laboratorio a las validaciones reales en ciudad. Es una apuesta por integrar la innovación tecnológica en la vida urbana, de forma abierta, controlada y colaborativa.
Para quienes trabajamos en soluciones tecnológicas orientadas a resolver problemas reales —ya sea en industria, logística, sostenibilidad o gestión pública—, este tipo de iniciativas no solo abren oportunidades. También marcan el camino de cómo debe ser la innovación útil: basada en impacto, impulsada por datos, y conectada con la ciudadanía.
Si este modelo se mantiene fiel a sus principios —apertura tecnológica, retorno social, ética en el uso de datos e implicación ciudadana real—, puede convertirse en una referencia no solo para València, sino para muchas otras ciudades que buscan innovar sin perder de vista lo público.
¿Quieres estar al día sobre innovación, inteligencia artificial y tecnología aplicada?
Sigue nuestro blog , suscríbete a la newsletter de WonderBits: ‘IA en foco industrial’ o síguenos en LinkedIn para descubrir cómo se transforma el mundo, dato a dato.